LMN – Londres, primeras pesquisas.

Muad’dib – Andrew Bakerstone – (Ladrón escocés)
Júpiter – Walter Perkins – (Soldado inglés)
Antonio – Jhon Stockton – (Médico)

Preparativos del viaje.

Tras considerar agotadas las pistas en Nueva York los investigadores se preparan para el viaje.

Antes de salir visitan a Erica Carlyle, a la que informan de que la expedición saldrá de Nueva York en busca de su hermano esa misma semana. Erica, interesada, patrocina la expedición con 1.000$.

Los investigadores también visitan a Jhonas Kensington, editor del Prospero House, al cual informan de que van a partir hacia Londres. Kensington se ofrece como contacto de la expedición en Nueva York y les dice que podrán recurrir a él si necesitan que les envíe dinero, si necesita que les guarde material o si por algún motivo necesitan que les envíe más gente. También patrocina la expedición con 1.000$ y le ofrece a los investigadores dos importantes contactos en Londres, Mickey Mahoney editor del Scoop y el inspector de Scotland Yard James Barrington. Jhonas sabe que Elias se entrevistó con ambos cuando pasó por Londres.

Los billetes de primera clase para Londres ofrecen una cantidad importante de actividades a bordo del Mauritania, fantástico transatlántico en el que harán el viaje.
Walter Perkins se dedica a practicar con la pistola, mientras que el doctor Stockton practica algo de gimnasia. Por su parte el señor Bakerstone estudia en profundidad uno de los tomos que “adquirió” en la mansión Carlyle lo que le proporciona conocimientos sobre un hechizo maléfico y poderoso.

Tras 4 días de viaje por mar y un corto trayecto en tren los investigadores llegan a Londres.

LONDRES

Londres 1920

Durante generaciones, Londres y sus alrededores han sido la ciudad más grande del mundo. En los años 20 vivían allí unos 7,5 millones de personas y no sólo era la mayor sino la urbe más rica del mundo. Al cabo de una generación Nueva York osaría disputarle el cetro de la supremacía (que le sería a su vez arrebatado por Tokio la generación siguiente) pero cuando transcurre la acción en nuestra historia Londres es la reina de la civilización. El auge de la construcción fue interrumpido por la Gran Guerra pero desde su final el ritmo se ha reemprendido a pesar de algunos problemas laborales. El condado de Londres mide unos 18 Km. de largo por unos 26 de ancho, lo que arroja una superficie de unos 470 Km2. Es ridículamente fácil esconderse en el dédalo de calles y edificios que conforman tamaña aglomeración.
El distrito del Soho (un barrio tradicionalmente de prostitutas y vendedores ambulantes, cerca de las sedes del gobierno) se menciona varias veces a lo largo del capítulo; Se trata de una pequeña parte de City of Westminster que en esta época está limitado por Oxford Street, Regent Street, Charing Cross Road y Piccadilly Circus.
Las partes más acomodadas de la ciudad se encuentran al Norte del Támesis: el West End, la mayoría de la City of Westminster con extensiones a Chelsea, Kensington, Paddington y Marylebone. En Westminster se encuentran la mayoría de los palacios y oficinas del gobierno en los que la gente piensa cuando se habla de Londres y la mayoría de las direcciones elegantes se encuentran en los distritos no oficiales de Mayfair (al Este de Hyde Park) y Belgravia (al Oeste del palacio de Buckingham y al Sur de Hyde Park). La City of London es en realidad poco más de 2,6 Km2 al Norte del río, pero es allí a donde parece apuntar todas las líneas de ferrocarril, el corazón comercial del imperio británico.
Más hacia el Norte, los distritos son predominantemente de artesanos o de clase media. Los barrios bajos del East End: Stepney, Bethnal, Green, Limehouse, Shoreditch, etc., forman un contraste llamativo por su enorme pobreza, un estado que también es normal a lo largo de la orilla Sur del Támesis desde Batters a Greenwich. Un escritor de la época hizo notar que: “Incluso en los barrios más ricos, en Westminster y en todas partes, hay focos de extremada pobreza pequeños pero bien definidos.”
Más al Sur del río, los distritos se vuelven cada vez más de clase media y suburbanos.

El Scoop

Una vez encontrado alojamiento en el hotel Knigth Bridge ubicado en la calle del mismo nombre al sur de Hide Park los investigadores se dirigen a las oficinas del Scoop.
En su trayecto escuchan a un joven vendedor de periódicos que vocifera los siguiente: “Extra, extra, vuelven los asesinatos egipcios. Extra, extra, léalo en el Scoop”.

Tras un paseo a pie los investigadores llegan a las oficinas del periódico.

Mahoney es un no demasiado acicalado periodista irlandés que dirige el “Scoop”, un semanario sensacionalista que se especializa en asesinatos sanguinarios, escándalos sexuales y sucesos extraños. Mahoney fuma puros, es pelirrojo, tiene 43 años, es rudo y bastante cínico. A Mahoney le apena grandemente la muerte de Elías, puesto que hace mucho tiempo que le conocía, casi siempre a través de despachos de agencia. Está ansioso por ayudar.

Los investigadores se enteran por él de que Elías había estado allí en su última estancia en Londres, prometiéndole una historia acerca de una extraña secta que operaba en Londres y que al parecer tenía muy buenas conexiones. Mahoney nunca logró su historia pero le encantaría obtenerla y está dispuesto a pagar entre 5 y 15 £ por ella. Por supuesto que también le encantaría imprimir cualquier tipo de relato extraño o macabro, pagando bien por fotos de bellas modelos en ropa interior con títulos del tipo de “Lo que Peggy hizo en Cornualles”. Mahoney es un auténtico profesional que sólo se preocupa de la verdad si puede hacerle ganar dinero.

Mahoney explica a los investigadores que Elías nunca mencionó el nombre de secta alguna, ni nada que se relacionara con sus sospechas, aunque se pasó algunos días buscando entre los archivos del Scoop, e indica a los investigadores que si quieren pueden hacer lo mismo, pero señala que Elías se interesó sobretodo por estos artículos:

Pista 25

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Pista 28

Scotland Yard
Tras la visita al Scoop los investigadores se dirigen a Scotland Yard para entrevistarse con el inspector Barrington.
Barrington es un hombre de poco más de 50 años, que hace casi más de un año que investiga el caso (tras la misteriosa desaparición de su predecesor, del que no se ha vuelto a saber más). Los “asesinatos egipcios” reciben este nombre puesto que 17 de los muertos eran nativos de Egipto y son un tema candente para el inspector, quien está encantado de entrevistarse con los investigadores para ver si pueden aportarle algún nuevo indicio.

Además, Barrington quiere conocer los propósitos de los investigadores en Londres, previniéndoles de que un exceso de celo puede llevarles a cometer alguna ilegalidad.
Al principio de la conversación los investigadores están reacios a comentarle sus investigaciones al inspector, pero tras hablar un poco con el no tienen ningún reparo en contarles todo lo que han averiguado.

Esta es la información que los investigadores obtienen de Barrington:
– Al parecer, Elías se entrevistó con Barrington brevemente. Le dijo que los asesinatos seguían el ritual de la Hermandad del Faraón Negro, una secta criminal del Egipto antiguo. El inspector se entrevistó posteriormente con Edward Gavigan, de la Fundación Penhew, para corroborar el relato pero éste negó que la secta tuviera continuidad en nuestros días o que el método utilizado para asesinar imitara los del antiguo ritual, sugiriendo de paso que Elías era un escritor sensacionalista que sólo quería obtener notoriedad.

– Uno de los lugares favoritos de Londres, según el inspector, para encontrar ambiente egipcio es el club “La Pirámide Azul”, en el Soho. La mayoría de las víctimas lo habían frecuentado, pero tras vigilarlo ampliamente, la policía no pudo encontrar ninguna relación.

– Al parecer, antes de morir una de las víctimas gritó: “¡Hotep!”, una antigua palabra egipcia que quiere decir “descanso” o “paz”, según Edward Gavigan.

– Se interrogó a un vendedor de especias llamado Tewfik al Sayed que había hecho de guía para la expedición de Egipto de la Fundación Penhew, y que también negó la existencia actual de la Hermandad del Faraón Negro. Se le siguió durante una temporada, también sin resultados.

El artista más grande de todos los tiempos

Es por la tarde, demasiado pronto para ir a la Pirámide Azul así que los investigadores deciden visitar a Miles Shipley para seguir una de las pistas que Elías parecía haber seguido desde el Scoop.

Tras llamar a la puerta, una entrañable viejecita que porta una cesta de hacer punto les abre: se trata de Berta Shipley, la madre de Miles. Tras explicarle que vienen a ver la obra de Miles, les invita a entrar amablemente.

La señora Shipley acompaña a los investigadores a ver a Miles el cual está dibujando. La señora Shipley avisa a su hijo de que tiene visita y este se da la vuelta bruscamente, su tono de voz y sus movimientos compulsivos dejan ver claramente que no está en su sano juicio.

Miles lleva a los investigadores a la Buardilla donde les enseña los cuadros que ya tiene pintados. Los cuadros están agrupados en cuatro grupos y los investigadores los miran con inquietud y cautela a demás de curiosidad.

De interés particular para los investigadores es una pintura que muestra un paisaje africano. El centro del cuadro lo ocupa una gran montaña sobre la que se yergue una monstruosa figura; es enorme, con garras al final de sus cinco apéndices, y un gran tentáculo rojo carmesí en lugar de cabeza. Miles de pequeñas figuras humanas cerca de un templo, en la montaña, alzan las manos hacia su dios, y todas llevan el gorro característico de la Lengua Sangrienta.

Cuadro de Miles Shipley que los investigadores compran

Cuadro de Miles

Walter Perkins paga 300 libras por el cuadro (No lo dijo pero en su cara noté la expresión: “Me da igual, el dinero no es mío”) y los investigadores, con la mosca detrás de la oreja abandonan la casa, Tras examinar el cuadro decidieron enviárselo a Jhonas Kensington para que identificara la montaña que aparece en el cuadro.

La pirámide Azul

Es tarde y llega la noche, momento que los investigadores aprovechan para salir a tomar algo a La pirámide Azul, un garito en el SOHO especializado en música y comida árabe con espectáculo de bailarinas de danza del vientre.

Los investigadores llegan, se sientan a una mesa y empiezan a preguntar con cautela a los camareros sobre los asesinatos egipcios, estos responden que en efecto se han producido estos asesinatos y recomiendan a los investigadores que no vuelvan solos a su hotel pues en efecto se han producido asesinatos los últimos años, sin embargo, ningún camarero puede ofrecerles ningún tipo de información concreta de los asesinatos.

Tras un par de copas y varias preguntas sin una respuesta concreta, se acerca a los investigadores un grupo de bailarinas mientras realizan el espectáculo. Una de ellas, le susurra al oído a uno de los investigadores que tiene información sobre los asesinatos y que la esperan fuera a la hora del cierre.

La bailarina sale con un grupo de bailarinas, ve a los investigadores y va hacia ellos mientras el resto de bailarinas la espera.

La pirámide azul
Yalesha

Se llama Yalesha y les confirma que la Hermandad existe, y que la teme. Su novio fue asesinado por ellos, por lo cual quiere vengarse. Es poco lo que sabe, pero sí se ha fijado en que más o menos una vez al mes aparece por las cercanías del club un viejo camión, al que suben hasta dos docenas de clientes del club, encabezados por un tal Tewfik Al-Sayed. Tiene la impresión de que salen fuera de Londres. Hace ya casi un mes que el camión pasó por el local la última vez.

Tras esta breve conversación Yalesha se va con el resto de las bailarinas de La pirámide Azul.

La Fundación Penhew.

La Fundación Penhew, es una importante fuente de noticias y museo de egiptología, tiene su sede en Bloomsbury, no lejos de Oxford Street y el Museo Británico. Se trata de un edificio de estilo victoriano, opulentamente decorado, que consta de planta baja, piso y sótano.
Hay portero y un “secretario” más bien fornido que vigilan a todas horas que no entre nadie sin autorización.

La colección egipcia está abierta al público de 12 a 16h, de lunes a viernes. Para acceder a la colección, que está en el piso de arriba, no hay más que subir la escalinata y entrar por la puerta principal, la cual va a dar al mostrador del secretario, y subir por las escaleras que hay a la izquierda. Tras el mostrador hay un pasillo repleto de puertas, de acceso al personal y a las citas; a sendos lados del mostrador están los lavabos, y arcadas que conducen a salas de estudio.

El grupo de investigadores va directamente al secretario a solicitar una entrevista con Gavigan. No tienen cita, pero ellos insisten, y le indican que le diga al director que desean hablar sobre la expedición Carlyle. El secretario se va a preguntar al director (cuyo despacho está en el pasillo tras el mostrador), y les dice que, efectivamente, Gavigan les recibirá en el acto.

Desde el pasillo se accede a una salita de espera, en donde aguarda el secretario personal del director, quien les indica que se les espera. Cruzan la dependencia hasta la puerta del despacho, y entran.

Gavigan es una persona inteligente y cultivada, de unos 50 años de edad, elegantemente vestido, que recibe a los investigadores en su magnífico despacho de maderas nobles, en un rincón del cual puede verse una moderna caja fuerte con la puerta ligeramente entreabierta. Como detalle de elegancia lleva reloj de pulsera (recordemos que en los años 20 lo habitual son los relojes de bolsillo, y muy pocas personas lucen relojes de pulsera, recién introducidos a la venta comercial, y especialmente caros).

 

Edward Gavigan

Su entrevista con los investigadores es amistosa y abierta. En cuanto a la expedición, al parecer Roger obtuvo informaciones de una misteriosa mujer africana, relativas a un oscuro periodo de la historia egipcia por el cual Sir Aubrey hace tiempo que se interesaba. En esa época se decía que el amo del valle del Nilo era un hechicero. Por desgracia, la información resultó ser falsa y una vez en Egipto la mujer africana desapareció con todos los fondos en metálico de la expedición (unas 3500 £). “¡Hay que ser hombres de mundo! Sin embargo, Carlyle pareció quedar muy afectado por la fuga de su amante.” Temiendo que el intenso calor y la decepción afectaran seriamente a la salud de Roger, Hypatia Masters sugirió que el grupo pasara el verano en el clima relativamente fresco de las tierras altas de Kenia, lo que le proporcionaría a ella una excelente oportunidad de probar un nuevo tipo de lentes para fotografiar la fauna africana. Sin embargo, y por si la desgracia de la expedición fuera poca, se internaron poco juiciosamente en territorio de dudosa seguridad, pagando por ello con la vida. Allí se perdió también la mayoría de las notas de la expedición puesto que Sir Aubrey (siempre fiel a Carlyle) se las llevó para trabajar en ellas mientras los recuerdos aún estaban frescos en su mente. Según Gavigan: “Donde quiera que él esté, allí estarán sus notas.”

En su periplo por Egipto la expedición desenterró algunos artefactos interesantes de otros períodos del Egipto dinástico, y pudo excavar gran número de zanjas de prueba para contemplar buena parte del estudio sistemático de Sir Aubrey sobre Dhashur, hallando algunos yacimientos secundarios en los yermos al Oeste de las pirámides de Gizeh. El gobierno egipcio prestó algunos de los artefactos al Museo Británico y alguna pieza menor a la colección privada de la Fundación Penhew. La mayoría sin embargo aún están siendo catalogados por el Museo Egipcio en El Cairo, pero Gavigan se muestra deseoso de mostrar alguna de las piezas llevadas a Inglaterra. En este punto los investigadores le informan de que vienen de ver la exposición del piso de arriba, y que no es necesario.

Ahora es Gavigan el que pregunta a los investigadores, quienes le cuentan su investigación relativa a la expedición Carlyle, y su hipótesis de que es posible que alguno de los miembros esté aún con vida, aunque carecen de pruebas que lo demuestren. Informan además de que continuarán sus pesquisas en Londres durante un periodo indefinido.

Buscando barcos.

Walter Perkins sugiere que sería posible encontrar información sobre el barco que aparece en la foto que encontraron en la habitación del hotel Chelsea donde falleció Elias.

Se pasan la tarde buscando información y realizando trámites burocráticos para poder conseguir algo que les valga la pena. El trámite continúa abierto pero descubren que la ciudad del fondo de la foto es Shangai.

Investigando con nocturnidad y alevosía

Durante la noche el grupo de investigadores deciden pasarse por la fundación pensando que pueden encontrar algo que les resulte interesante.

Andrew se encamina hacia la puerta trasera de la fundación enfundado en ropa oscura y aprovechando la falta de luz y la niebla londinense para pasar desapercibido. Mientras Walter y el doctor Stockton esperan en el coche.

Andrew se adentra en la fundación no sin algún que otro problema cuando escucha varios disparos (ahora iremos con ello) lo cual no le amedrenta y burlando al guardia de seguridad llega hasta el despacho de Edward Gavigan.

Lo primero que encuentra es la caja fuerte con la puerta parcialmente abierta. En ella hay un fajo de billetes de 5 libras los cuales se guarda en el bolsillo. Tras esto busca en la librería y encuentra un panel falso, que al retirarlo permite la entrada al trastero contiguo al despacho.
En el trastero encuentra huellas que van desde el despacho de Gavigan a un sarcófago que está en mitad del trastero. Al registrarlo se da cuenta de que los ojos se hunden cuando se posa el dedo sobre ellos.
Mientras Andrew intenta abrir el sarcófago no se da cuenta de la presencia del guardia de seguridad que desde el pasillo ha oído algo raro dentro del trastero.

Al entrar en el trastero sorprende de tal manera a Andrew que no es capaz de hacer nada para ocultarse.
El guardia de seguridad dispara y falla, Andrew intenta noquearle de un puñetazo pero falla también lo que es seguido por un disparo a quemarropa del guardia que esta vez si que hiere a Andrew. No queda tiempo para más y Andrew escapa corriendo mientras un par de balas más pasan rozándole. Herido se dirige hacia el hotel.

Por su parte Walter y el doctor Stockton descubren como una pareja de hombres sospechosos les están vigilando desde la esquina de un edificio cercano.
Walter se dirige a ellos, Stockton le sigue de cerca. Cuando Walter gira la esquina se encuentra con los dos hombres a los que directamente les pregunta por el motivo de su estancia en esa esquina, de noche y aguantando el frío.
Los dos hombres se cruzan una fugaz mirada y se lanzan rápidamente contra Walter esgrimiendo unos peligrosos bastones con punta afilada que guardaban bajo el abrigo.
Walter desenfunda y dispara pero los dos hombres atacan antes a Walter clavándole uno de los pinchos.

El doctor Stockton llega rápidamente pero no puede evitar que los hombres hieran de nuevo a Walter que cae inconsciente al suelo. Stockton dispara su arma, mata a uno de los hombres y hiere al otro, el cual sale huyendo.

Stockton consigue estabilizar a Walter salvándole así la vida, mientras comienzan a escucharse el sonido de los silbatos de los bobby londinenses.

Al día siguiente.

Walter pasa la noche en un hospital, mientras el doctor Stockton pasa la noche en el hotel cuidando de Andrew. Tras extraerle la bala le hace un vendaje que le saca de peligro, por el momento.

Por la mañana se presentan en el hotel el inspector Barrington acompañado por varios policías con una orden de registro de la habitación de los investigadores. Encuentran el fajo de billetes que Andrew robó de la caja fuerte de Gavigan y comprueban que tienen los números de serie correlativos como había informado el propio Gavigan. Andrew es detenido y acompañado hasta la comisaría central de Scotland Yard para prestar declaración.

Nota: La parte del texto transcrito directamente del libro lo he copiado de http://labibliotecadepnakotos.blogspot.com.es/ Un lugar de constante inspiración.


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